Un puente teatral entre Canadá y el Sur
17/03/2015
Un puente teatral entre Canadá y el Sur
La compañía canadiense Singulier Pluriel, liderada por la actriz y directora Julie Vincent, regresó a nuestro país para ofrecer una función de “Soledad o el azar”, que se representó a sala llena en la noche del domingo. La obra une a una fotógrafa de Montreal con una joven argentina.
La puesta, que se presentó en la Alianza Francesa en el marco de la Fiesta de la Francofonía, sigue la misión de la compañía de trabajar en el eje Norte-Sur, relacionando personajes o situaciones de Sudamérica con Canadá.
Vincent destacó que esta obra presenta la “historia de una amistad entre dos mujeres, dos generaciones y dos ciudades: Buenos Aires y Montreal”.
“Yo quería con esto poner nuestras propias experiencias laborales en el Sur, mostrar otro punto de vista (...), mostrar también cómo una artista puede enriquecerse de toda la cultura del Sur, de un encuentro humano muy fuerte”, explicó.
La trama, que protagoniza junto a Liliane Boucher, presenta a una fotógrafa de Quebec y una joven inmigrante argentina que se encuentran en la estación del subterráneo en Montreal. Diversas circunstancias las llevarán a descubrir que ya se habían conocido, años atrás, en Buenos Aires, en medio de la gran crisis económica.
La obra, que contó con música en vivo a cargo de Michel Smith, combinó además proyecciones y montajes fotográficos realizados por Francois-Régis Fournier.
Según comentó Vincent a ABC Color, fue una extraña coincidencia la que la conectó a Sudamérica. Recordó que en el año 2005 estaba en un café de Montreal tratando de escribir una historia acerca de un arquitecto que se transformaba en vagabundo, para hablar de la pérdida de la belleza arquitectónica.
“Estaba sola en esa mesa, escribiendo de manera automática y había un hombre que yo no conocía, leyendo poesía con diccionarios, que es un poquito raro en mi ciudad. En un momento le pregunté ‘señor, ¿sos escritor?’, y él me respondió ‘no, soy arquitecto, pero me puedes ver como un vagabundo’”, relató. Ese hombre resultó ser Francisco Antolino, un uruguayo que ante la dictadura emigró a Canadá.
La amistad que entabló luego con Antolino –quien también estuvo presente en la función– la llevó a estrechar lazos entre Sudamérica y Canadá a través del teatro. “Empecé a cambiar, a verme de manera diferente a través del inmigrante latino en mi ciudad”, dijo.
Finalmente, señaló que Paraguay podría ser parte de su próxima obra.